viernes, 20 de junio de 2008

QUERIDA AMALIA MOLINA


Recuerdo cuando siendo niña de camino al corral donde tenían la "escuela de bailes" los Pericet, fuera en el mes de junio o noviembre no podías aguantarte y al pasar por San Juan de la Palma le canturreabas una saeta a la Amargura; mas de una vez los vecinos y transeúntes te querían obligar a hacerlo a viva voz pero pedías disculpas y cantabas por soleares y peteneras, la calle se paraba. Luego las gentes volvían a sus quehaceres con otro semblante contagiados por tu bendita gracia, la gracia de Dios se decía entonces.


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